Me has tenido entre tus manos demasiadas veces.
He escapado de las líneas tantas veces que perdí la cuenta regresiva.
Me gustan tus olores, tus septiembres revueltos. Tus precipitados y tus atardeceres turbios.
Y esa sensación de la arena fría en la piel.
Y me has tenido casi, casi...
Me has visto caer y reinventarme. Me has visto entre tus estaciones como ave de paso y nunca me has prestado atención.
Has dejado el tiempo correr, las vidas pasar, pasarme por encima.
Has sabido esperar al momento oportuno para el golpe de gracia.
Y tu paciencia es mi libertad.
Y mi renacer.
Y podría cambiar tus paisajes.
Dejar otoños amarronados y clavar los azulados.
Que no te lo he dicho, pero el olor a mandarinas siempre me ha sabido a poco.
Te lo cambio por un poco de mar y una escapatoria nueva.
Unas ganas de encontrarme.
Me gustas mucho, Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario