martes, 14 de mayo de 2013

¿Me apagas la luz?


Llueve.
Y con las persianas bajadas todo parece más plúmbeo.
El alma hipnótica. Los pensamientos difusos.
Y las conversaciones más espesas

Despiértame a bofetadas con el viento.
Y  después, déjame que me duerma.

Que las vueltas no son nada si no me das la mano.
Que se enreda el aire, que me ahoga el nudo.
Que los hilos se me rompen.

Que hace mucho tiempo, hace muchos días.
Que no paso de puntillas por tu habitación.
Y no me oyes porque no me crujen los tobillos.

Porque las cosas más sencillas parecen un universo.
Y tú no necesitas que te lo diga.

Y tú sabes, aunque no lo cuente, que hay días que me quedaría sepultada en mis marañas.
Hasta que llegaras y me dijeras:
“¿Te apago la luz?”

Y me llevaras donde el aire es aire a llenar mis pulmones y sacar los nudos que se acumulan en mi cuenta regresiva.

Que tú sabes que hay noches que es mejor pasarlas con las luces encendidas.
Disipando fantasmas y narcotizando sentimientos.
Y todo porque no estás para traerme un vaso de agua.

Porque los días que sube la presión, siempre coinciden con noches en camas grandes.
Sé que estás muy lejos pero…

¿Me apagas la luz?

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